El Algarve con niños, desde El Cabo de San Vicente a Portimao

19 de Diciembre 2021 
Duración: Para un puente
Hecho con bebés o niños Este reportaje es adecuado o se ha realizado con niños o bebés

El Algarve portugués es un territorio maravilloso para ir en verano, pero también se puede disfrutar en otras épocas del año, visitando los lugares más maravillosos sin la presencia de demasiados turistas. Viajamos al Algarve en diciembre y te contamos algunas visitas imprescindibles para ir con niños: playas doradas, acantilados imponentes y mucha historia, ¡no te lo pierdas!

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Ruta de Los 7 Valles Colgantes

El primer día de nuestra llegada a Portugal aprovechamos para hacer la llamada Ruta de Los 7 Valles Colgantes, o Suspendidos, una espectacular caminata por las playas y acantilados más icónicos y fotografiados del Algarve.

Esta ruta ha sido considerada como el Mejor Destino Europeo para practicar senderismo en 2019, por la European Best Destination. Y no es para menos, porque en este paseo podrás ver las playas más extraordinarias del Algarve, con sus características arenas doradas contrastando con su azul turquesa.

Paisaje en la Ruta de los 7 Valles Colgantes
Paisaje en la Ruta de los 7 Valles Colgantes

En esta ruta descubrirás lugares que te van a dejar con la boca abierta literalmente. Seguro que muchos de ellos te van a sonar porque los habrás visto en fotografías muchas veces, como por ejemplo la famosa playa interior de Benagil con sus maravillosos arcos.

La ruta completa desde la Praia da Marinha hasta Algar Seco son unos 7 Km y medio. Y se trata de una caminata en la que hay que regresar sobre nuestros pasos, así que tendremos que hacer unos 15 Km. Al ir con una niña de 4 años, decidimos hacer solo la ida y coger un taxi para que nos lleve de regreso al punto de partida. (10 € aprox.)

¿Cuándo es la época ideal para hacer la Ruta de los 7 Valles Colgantes?

Puedes hacerla en cualquier época del año, pero lo que sí es cierto es que no te lo recomendamos en verano, por varios motivos. El primero es por el calor, ya que se trata de una caminata a pleno sol, y aunque tendrás el mar muy cerca y podrás refrescarte en algunos puntos del itinerario, pasarás bastante calor.

La época ideal es primavera u otoño
La época ideal es primavera u otoño

Otro motivo para no realizarla en verano es la cantidad de gente que te puedes encontrar. Nosotros fuimos en diciembre, un día entre semana, y había muchísima gente a lo largo de todo el recorrido. Así que imagínate en verano.

La mejor época es la primavera cuando el clima es más suave y hay muchas flores, aunque como te decía nosotros lo hicimos en diciembre y estaba precioso, ¡hasta pasamos calor!

¿Se puede hacer esta ruta con niños?

Sí, la ruta la puedes hacer con niños, pero los tienes que tener muy controlados ya que el sendero discurre bastante cerca de los acantilados, y realmente es peligroso cualquier resbalón por la altura de los acantilados.

La ruta se puede hacer con niños, con precaución
La ruta se puede hacer con niños, con precaución

Sí, la ruta la puedes hacer con niños, pero los tienes que tener muy controlados ya que el sendero discurre bastante cerca de los acantilados, y realmente es peligroso cualquier resbalón por la altura de los acantilados.

Por lo demás, el terreno no es muy complicado y el itinerario está muy bien señalizado. Tampoco tiene excesivo desnivel, aunque si es verdad que tiene algunas subidas y bajadas ya que, al tratarse de varios valles, es inevitable.

Te contamos la ruta por los 7 valles colgantes

Nos dirigimos al aparcamiento de Praia da Marinha, que es bastante grande y dejamos el coche en el único hueco que encontramos. Sea la época que sea, siempre te recomendamos llegar temprano ya que a pesar de que el aparcamiento es bastante amplio, la ruta está muy concurrida y el aparcamiento suele estar lleno.

Vista desde el acantilado en Praia Da Marinha
Vista desde el acantilado en Praia Da Marinha

Nos asomamos a la costa y descubrimos por qué tanta gente viene a ver esta playa. Es una maravilla natural, con vistas espectaculares de la costa atlántica. Nos sorprende el color del mar, azul turquesa, que contrasta con el color de los acantilados y de las arenas doradas.

Nos encontramos justo encima de la Praia da Marinha, o Playa de la Marina. Para bajar hasta ella, hay que descender por unas escaleras, pero nosotros continuamos caminando por encima del acantilado, siguiendo las indicaciones de la ruta de senderismo.

No es la primera vez que hemos visto este paisaje, lo reconocemos de haberlo visto en fotos promocionales del Algarve pero verlo en vivo y en directo es tan diferente… ¡una maravilla!

Vemos el resultado de siglos de erosión sobre el acantilado
Vemos el resultado de siglos de erosión sobre el acantilado

El paisaje es el resultado de siglos de historia geológica. El mar y los fuertes vientos atlánticos han esculpido una obra digna de admiración, con la presencia de cuevas submarinas, algares o grandes rocas que se elevan cientos de metros desde la superficie del mar, arcos perfectos sobre el agua, y playas protegidas por grandes acantilados e incluso playas con techo, literalmente. En el suelo, huellas fósiles de todos los tamaños y colores, una alfombra de fósiles a nuestros pies.

Huellas de fósiles en el suelo
Huellas de fósiles en el suelo

El camino está protegido con vallas de madera y muy bien señalizado. No conviene salirse de los caminos oficiales ni acercarse mucho a los acantilados. Todos los años ocurre alguna desgracia, debida sobre todo a imprudencias totalmente evitables.

Cueva y playa de Benagil, la catedral del Algarve

También encontramos paneles informativos explicando lo que estamos viendo, en los puntos más interesantes. Pronto llegamos a la Cueva de Benagil, una playa interior cubierta por grandes cúpulas desde la que se han tomado fotografías que se han hecho muy famosas en todo el mundo. De hecho, es conocida como la Catedral del Algarve. Para llegar a esta cueva, hay que acceder desde el mar, ya sea nadando o a bordo de una embarcación. No tiene acceso desde tierra.

Cueva de Benagil desde arriba
Cueva de Benagil desde arriba

Nosotros la vemos desde arriba, pero si estás pensando en bajar, desde la cercana Playa de Benagil puedes subirte a algún barco turístico que te acerca a ella y a otras cuevas representativas de la zona. El precio suele oscilar entre 20 y 30 euros por persona y te hacen un circuito muy interesante. También puedes alquilar una piragua y remar hasta allí. O ir a nado, unos 60 metros de la playa más cercana.

Cueva de Benagil desde abajo. Foto de Jo Kassis en Pexels
Cueva de Benagil desde abajo. Foto de Jo Kassis en Pexels

Continuamos nuestra ruta y se van sucediendo los distintos valles y pueblecitos por los que pasa la ruta, que nos dejan estampas irrepetibles.

7 Valles Suspendidos
7 Valles Suspendidos
Costa Algarve
Costa Algarve
Playa
Playa
Paso por un pueblecito
Paso por un pueblecito

Playa do Carvalho

Otro hito importante que nos encantó es la Playa do Carvalho donde hicimos una parada para descansar y almorzar.

Playa Do Carvalho
Playa Do Carvalho

No se trata de una playa muy grande, pero su atractivo radica en el acceso.

Túnel para acceder a la Playa do Carvalho
Túnel para acceder a la Playa do Carvalho

Para llegar a ella, bajamos por unas escaleras que atraviesan un estrecho túnel excavado en la roca. Hay varias galerías en este túnel y en un lateral de la playa encontramos más escaleras y túneles, que dan acceso a varias estancias, como si en el pasado allí hubiera vivido gente.

Observamos escaleras y pasillos excavados en la roca
Observamos escaleras y pasillos excavados en la roca

Al llegar al final de nuestro recorrido, llamamos al taxi, y en 5 minutos nos recoge y nos traslada al aparcamiento de Praia de Marinha.

Montinho de Ouro

Después de la ruta tan maravillosa, nos dirigimos a nuestro alojamiento en el Algarve, Montinho de Ouro, un complejo de apartamentos situado en Praia Da Luz. Se trata de un conjunto de apartamentos con varias capacidades que se sitúan alrededor de una gran piscina y otras más pequeñas infantiles, rodeado de jardines.

Montinho de Ouro
Montinho de Ouro

Después de hacer check in, nos enseñan nuestro apartamento, muy amplio, con cocina, salón y una gran habitación con armario. La terraza con vistas a las piscinas, climatización y wifi.

Después de un merecido descanso, al día siguiente nos levantamos con la intención de descubrir otras maravillas del Algarve.

Te recomendamos especialmente...
Montinho de Ouro
Dirección: Sítio dos Montinhos da Luz. Montinho de Ouro, 2203-B. 8600-118 Praia da Luz.
Población: Lagos
Tel: +351 282 788 269
ver detalles

Cabo de San Vicente, Sagres y pueblecitos costeros con encanto

Amanece un día soleado y nos dirigimos a Sagres y el Cabo de San Vicente para disfrutar de sus maravillosas vistas desde los acantilados.

Sagres es un pueblo bastante tranquilo y no suele estar muy masificado por turistas teniendo en cuenta que se encuentra en la "barbilla" de la Península Ibérica, como le hemos explicado a la peque, que se siente muy ilusionada con este hecho.

Al recorrer sus calles nos llaman la atención sus árboles abrigados por diferentes telas, y lanas de diferentes colores, tejidas con distintas técnicas. Es algo realmente muy representativo y nos da a entender que existe en esta zona artesanía relacionada con la lana.

Fortaleza de Sagres

El punto más turístico de Sagres es su fortaleza, situada a las afueras del pueblo y a la que podemos entrar por 3 € por persona. Los niños no pagan.

Fortaleza de Sagres
Fortaleza de Sagres

El punto más turístico de Sagres es su fortaleza, situada a las afueras del pueblo y a la que podemos entrar por 3 € por persona. Los niños no pagan.

Rosa de los Vientos
Rosa de los Vientos

Nosotros entramos pensando que en el interior habría algún museo o paneles explicativos, pero realmente no encontramos nada más que unas vistas impresionantes de los acantilados, y unos cuántos cañones. Sería mucho más interesante si la visita fuera guiada porque aprenderíamos mucho sobre la importancia defensiva de esta atalaya sobre el atlántico.

Cabo de San Vicente

Después nos dirigimos al Cabo de San Vicente, un poco más adelante por la carretera. Después de abrigarse bien con un cortaviento, es muy recomendable, pasear por los alrededores para observar la grandeza de los acantilados y hacer fotos, que hoy recogen toda la bravura del Atlántico.

Cabo San Vicente
Cabo San Vicente

Después nos dirigimos al Cabo de San Vicente, un poco más adelante por la carretera. Después de abrigarse bien con un cortaviento, es muy recomendable, pasear por los alrededores para observar la grandeza de los acantilados y hacer fotos, que hoy recogen toda la bravura del Atlántico.

Entrada a la fortaleza del Cabo de San Vicente, donde encontramos el faro
Entrada a la fortaleza del Cabo de San Vicente, donde encontramos el faro

Podemos visitar la fortaleza donde se encuentra el faro, del siglo XVI, unas instalaciones que se construyeron con fines defensivos. Este faro fue destruido por primera vez por el pirata británico Francis Drake en 1.587. El rey Felipe II de Portugal la mandó reconstruir, pero en 1.755 fue destruida por el gran terremoto, como casi todas las fortalezas del entorno. El faro actual data del 1.846, mandado erigir por la reina María II de Portugal.

Entramos y vemos una pequeña exposición de figuras marinas, un bar y una tienda de recuerdos. Si tienes interés, hay visitas guiadas gratuitas al faro.

Desde este punto hacia el Norte tenemos el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y la Costa Vicentina, sin duda un lugar que también queremos visitar dado la belleza natural de su territorio. Esta costa se encuentra protegida en gran parte, y es un punto de encuentro importante para los amantes del surf, que encuentran su base en el pueblo de Carrapateira. El senderismo es otra actividad que se puede hacer en estas costas, ya que hay muchas rutas señalizadas a lo largo de los acantilados y playas del Alentejo.

Fortaleza de Beliche
Fortaleza de Beliche

Ya de vuelta, hacia Sagres, encontramos la Fortaleza de Beliche, con entrada libre. No se sabe a ciencia cierta cuando fue construida, pero si el motivo, para hacer frente a la piratería. Si cruzamos al otro lado por la puerta descubriremos un sendero de bajada para pescadores espectacular, con vistas a los acantilados.

A resguardo del viento y con el mar en calma enfrente nuestra podríamos bañarnos tras unos minutos de sol. Nada que ver con el contraste del azote atlántico que hay al otro lado del acantilado. No obstante, si nos lanzáramos al mar en la parte más cercana al agua, no sabríamos por donde salir, así que mejor cuidado de no acercarse mucho.

Praia Ingrina
Praia Ingrina

Ya de vuelta, por la carretera del Algarve, nos desviamos en Raposeira para llegar a la Playa Praia do barranco que despierta nuestra atención, porque hemos visto en google maps que se puede llegar en coche, pero desistimos tras tocar con los bajos y hablar con una pareja de ingleses que nos alertan del estado del camino.

Praia Ingrina
Praia Ingrina

Cambiamos nuestro destino a Playa Ingrina, a la que se accede por carretera desde donde nos encontramos, y podemos llegar por carretera. Es muy estrecha y hay que tener precaución en todo caso, pero está en buen estado.

Sendero por los acantilados
Sendero por los acantilados

Comemos en la playa pues es el sitio más resguardado del viento. También caminamos algunos metros del Sendero Trilho Dos Pescadores que viene desde una zona de acantilados cercanos. Se puede recorrer el sendero comenzando en playa Ingrina y visitar las calas, cala secreta y do barranco. en aproximadamente 1.5km ida y otros 1.5km vuelta. Nos los dejamos apuntado, y recomendamos, hacer el tramo de sendero desde la playa Ingrina hasta Sagres, o al menos hasta playa do Barranco.

Menhir do Padrao
Menhir do Padrao

De regreso, por la misma carretera hacia Raposeira paramos para visitar el Menhir do Padrao, que es el único que se encuentra en pie de los 15 menhires que forman el conjunto.

Playa de Burgau
Playa de Burgau

Para terminar, hacemos la última parada en el pueblo de Burgau y nos acercamos a su playa, y embarcadero, con un encanto especial. En este pueblecito hay algunos bares, restaurantes y pizzerías, así que podemos aprovechar para probar la gastronomía local, o tomar un "bica", un café expreso muy concentrado servido en una taza pequeña y estrecha, muy típico de esta zona de Portugal.

Lagos y Ponta da Piedade

Nos acercamos a Lagos para visitar uno de los lugares más bellos del Algarve: Ponta da Piedade, un imprescindible y uno de los sitios más visitados en el Sur de Portugal.

Ponta da Piedade
Ponta da Piedade

Desde el propio Lagos se puede llegar caminando hasta Ponta de Piedade y descubrir desde arriba los acantilados, formaciones y playas de este lugar tan bonito.

Ponta da Piedade
Ponta da Piedade

Pero si realmente quieres verlo desde dentro, te recomendamos hacer la visita en barco, desde donde podrás ver mucho más de cerca las preciosas cuevas y recovecos de este maravilloso lugar.

Para contratar un paseo en barco, lo mejor es ir a la marina o puerto deportivo de Lagos y ver las opciones que te ofrecen, que hay muchas: con comida, sin comida, con baño en el mar, al atardecer, en barcos pequeños, grandes, catamarán, kayak …

Si estamos en verano podemos acercarnos a las playas de Don Camilo y Doña Ana. En Lagos también podemos pasear por su centro histórico y descubrir sus bonitos e históricos rincones.

Gastronomía, qué comer en el Algarve

No pretendemos dar una visión amplia de la gastronomía del Algarve, pero si vas a esta zona de Portugal hay un plato típico que te recomendamos y es la Cataplana. Es un guiso caldoso a base de pescado y marisco que se prepara en una especie de olla de cobre cerrada. El nombre de la olla es cataplana, de ahí el nombre del plato.

Cataplana
Cataplana

Puedes encontrar la cataplana en casi cualquier restaurante de Portimao, Faro o localidades costeras, pero nosotros lo encontramos en la carretera de la sierra de Monchique, donde muchos restaurantes la ofrecían.

Otros platos típicos del Algarve son el bacalao, arroz caldoso con mariscos, y distintos tipos de pescado a la parrilla: salmón, lubina, dorada. También destacan las carnes de cerdo y borrego. Y el cocido a la portuguesa, con distintas carnes y verduras, parecido al potaje andaluz.

 

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