Valle del Roncal, Pirineo Navarro con niños

01 de Noviembre 2019 
Duración: Una semana
Hecho con bebés o niños Este reportaje es adecuado o se ha realizado con niños o bebés

Hace mucho tiempo que queríamos viajar al pirineo navarro, y queríamos hacerlo en otoño, para poder disfrutar de la mejor versión de los bosques de hayas que abundan en estas tierras. En este viaje lo hemos conseguido, aunque este año, el otoño se ha retrasado y solo hemos podido ver algunas pinceladas. Con todo, ha merecido tanto la pena, que nos quedamos con ganas de repetir otro año.

Siempre buscando rutas sencillas que se puedan hacer con niños. Hemos recorrido maravillosos senderos a la sombra de hayas y abetos, bosques de rivera, cascadas de ensueño, miradores que se asoman a los picos más altos del pirineo navarro. Hemos comido moras recién recolectadas, hemos caminado bajo la lluvia y hemos disfrutado como nunca de la naturaleza.

La arquitectura de los pueblos roncaleses es otro aliciente a tener en cuenta, la amabilidad de sus gentes y por supuesto, su gastronomía. Hemos degustado las migas de pastor, los deliciosos quesos roncaleses y los hongos, la cuajada...

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Naturaleza en estado puroPirineos

Largo viaje en coche y parada en Ciempozuelos

Era todo un reto hacer más de mil kilómetros desde Málaga a Isaba, nuestro destino en el pirineo navarro, así que decidimos hacer noche en mitad del recorrido para que no se le hiciera tan largo a Alma.

Para ello nos hospedamos en un hotel que os recomendamos mucho si viajáis con niños, ya sea para descansar una noche, o para disfrutar de la zona. Se trata de Hostal El Volante, en Ciempozuelos, con habitaciones temáticas que les van a encantar a los más pequeños: el circo, safari, nave espacial... todas ellas decoradas para llamar la atención de los niños y niñas. A nosotros nos propusieron la habitación "castillo de princesas" y nos pareció estupendo. Alma estuvo encantada.

Habitación 'Castillo de Princesas' en el Hotel El Volante
Habitación 'Castillo de Princesas' en el Hotel El Volante

Este hotel cuenta además con bar restaurante. Y lo que es más importante, puede servir de base para visitas como el Parque Warner (a 15 minutos en coche), el Parque de Atracciones de Madrid, o el zoo de Madrid. Realmente puedes alojarte allí para hacer cualquier visita cultural o con niños en Madrid, ya que tiene una estación de cercanías a 10 minutos a pie, que te deja en la misma Puerta del Sol.

Bar restaurante de Hotel El Volante
Bar restaurante de Hotel El Volante
Te recomendamos especialmente...
Hostal El Volante
Dirección: Calle de la Cruz Antigua, 24. 28350
Población: Ciempozuelos
Tel: 918 093 371 / 918 930 613
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Llegada a Isaba, un pueblo tranquilo y a su vez con mucha vida cultural

Para visitar el Valle del Roncal y el pirineo navarro hemos elegido el pueblo de Isaba, porque, aunque nunca habíamos estado antes, las fotos que vimos por Internet nos enamoraron y nos pareció un estupendo lugar para conocer estas tierras pirenaicas. No nos defraudó en absoluto. Muy al contrario, nos encantó.

Además de ser un pueblo precioso con un entorno natural privilegiado, Isaba presume de tener una vida cultural y deportiva muy animada. Cuenta con un cine, uno de los pocos del pirineo navarro; un polideportivo con piscina, sauna y jacuzzi, además de pistas para la práctica de diferentes deportes.

Se organizan carreras de montaña, eventos de esquí en la estación de esquí de fondo Larra - Belagua y actividades culturales, como representaciones de capítulos de la historia, donde participan las mismas personas del pueblo.

Una fiesta muy particular que nos llamó mucho la atención es el Día de la Indumentaria Roncalesa, una fiesta dedicada al traje típico roncales que se celebra el primer fin de semana de agosto. O la Fiesta de las Golondrinas (a finales de octubre), en la que el pueblo rememora la partida de jóvenes alpargateras pirenaicas hacia la villa francesa de Maule a trabajar.

Camino de 'las Golondrinas' jóvenes alpargateras que partían hacia Maule (Francia) a trabajar. Foto cortesía de Ana Rosa, Catalingarde
Camino de 'las Golondrinas' jóvenes alpargateras que partían hacia Maule (Francia) a trabajar. Foto cortesía de Ana Rosa, Catalingarde

Casa Catalingarde I

Casa Catalingarde
Exterior de la casa Catalingarde
Exterior de la casa Catalingarde
Las habitaciones son muy acogedoras y cómodas
Las habitaciones son muy acogedoras y cómodas

Llegamos a Isaba por la tarde y buscamos la casa donde nos alojaríamos durante algo más de una semana, la casa Catalingarde. Nos recibe Ana Rosa, una de las propietarias, con su estupenda sonrisa y hospitalidad, y nos enseña con orgullo la casa que había sido de su familia en los últimos cien años. Actualmente la casa se alquila por habitaciones, y en la buhardilla (para uso de los clientes) tenemos un estupendo espacio para leer, escribir o relajarnos junto al fuego. Desde la buhardilla podemos salir a una terraza con unas vistas espectaculares.

Detalle de la buhardilla con la estufa de leña encendida
Detalle de la buhardilla con la estufa de leña encendida

Catalingarde es una casa con mucha solera, se ve en cada detalle, en cada elemento de decoración. Los balcones, de forja y madera, están decorados con flores rojas. Madera y piedra se mezclan con un estilo exquisito, haciendo la estancia especial y muy cómoda. Todas las habitaciones cuentan con baño propio. Y todo está pensado para la comodidad de los huéspedes, aunque respetando la historia de la casa.

Te recomendamos especialmente...
Casa Catalingarde
Dirección: C/ Bormapea, 58. 31417
Población: Isaba
Tel: 948 893 154 - 699 646 175 - 680 217 787
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Ana Rosa y Maria Ángeles son unas estupendas anfitrionas, conocedoras de la zona, enamoradas de su tierra y de las costumbres y tradiciones que guardan con amor desde antaño. Ellas te aconsejan sobre lo que puedes ver en el Valle del Roncal y alrededores, los lugares más hermosos, las tradiciones y fiestas que se celebran en Isaba, e incluso cómo debes tener en cuenta el clima cada día para visitar una u otra zona. El conocimiento que te transmiten va más allá del que puedes conseguir en una simple oficina de turismo.

Paseo por Isaba

Después de instalarnos y ubicarnos en la casa, salimos a dar una vuelta por el pueblo y recorremos sus calles, admirando sus casas de estilo pirenaico, con los tejados muy inclinados, para evitar la acumulación de nieve. Portadas góticas y chimeneas cilíndricas con tejadillo.

Edificio del Museo Etnográfico de Isaba
Edificio del Museo Etnográfico de Isaba

Junto a la Iglesia de San Cipriano, tenemos el Museo Etnográfico con una exposición permanente sobre las tradiciones y costumbres de Isaba y del Valle del Roncal. En el exterior del edificio hay un panel de información de senderos que se pueden hacer desde el pueblo o cercanías.

Nos llama la atención la escultura al pastor, una estatua de bronce que representa a un pastor roncalés y que marca el inicio y fin de la Cañada Real de los Roncaleses, que une el Valle del Roncal con las Bárdenas Reales, al sur de Navarra.

Las vistas desde el mirador dan idea del entorno de Isaba
Las vistas desde el mirador dan idea del entorno de Isaba

En nuestro primer paseo, seguimos unas señales de "mirador" que nos dejan en un alto desde donde podemos divisar gran parte del pueblo y donde podemos ver realmente donde se encuentra Isaba, rodeado de maravillosos bosques. Es otoño y ya se empiezan a notar los primeros toques de color en los árboles. Al bajar, nos encontramos con el cine de pueblo, que actualmente está gestionado por una asociación de voluntarios del pueblo.

Instalaciones de la piscina municipal de Isaba
Instalaciones de la piscina municipal de Isaba

Visitamos también el polideportivo y la piscina con sauna y jacuzzi. Las aguas de esta piscina se calientan con biomasa. Si te alojas en la casa Catalingarde tienes entrada libre a estas instalaciones, lo cual es un lujo añadido.

Hay que mencionar que las noches despejadas en Isaba son espectaculares, con un cielo oscuro como pocos se ven ya en cualquier lugar. Los amantes de la astronomía encontrarán en este entorno un lugar ideal para las observaciones astronómicas, sobre todo en época estival.

El plato estrella son las migas del pastor (no dejes de probarlo) y los quesos del Valle del Roncal, con bastante curación.

Isaba nos ha dejado una estupenda impresión, y tenemos toda una semana para descubrirlo.

Ruta desde Isaba hasta la Ermita de Idoia

Isaba es uno de los paraísos del senderismo en España. Es principio y fin de etapa del sendero GR11, que atraviesa los Pirineos desde el Cantábrico hasta el Mediterráneo. El sendero GR 13 o Cañada Real de los Roncaleses también pasa por Isaba. Une los pueblos del valle del Roncal, siguiendo el trazado del río Escá. Desde Isaba parte también el Camino de los Contrabandistas, de unos 17 Km, usado en la antigüedad como ruta oculta y que tiene grandes vistas panorámicas.

Para los más montañeros, en los alrededores de Isaba se encuentran las cimas más altas del Pirineo navarro como La Mesa de los Tres Reyes (2.434 m.) Ezkaurre (2.047 m.) y otras.

En este día decidimos hacer un sendero local, de los que abundan por los pueblos roncaleses. Vamos a recorrer el sendero de la Ermita de Idoia, con principio y fin en Isaba.

Piedra indicadora de la Ermita de Idoia en la carretera
Piedra indicadora de la Ermita de Idoia en la carretera

Se trata de un sencillo recorrido de unos 3 kilómetros sin apenas desnivel y que visita uno de los lugares más hermosos de Isaba, la ermita de Idoia. Al ser un recorrido corto y fácil se puede combinar con algún otro sendero local de las inmediaciones como los que encontramos en la tablilla del Museo Etnográfico de Isaba.

Panel informativo de los senderos locales de Isaba
Panel informativo de los senderos locales de Isaba

Para comenzar la senda nos dirigimos hacia la entrada del pueblo, y una vez superadas las instalaciones de la piscina, en el puente de entrada a Isaba, a mano derecha según bajamos encontramos un camino con las tablillas informativas.

Tablillas informativas
Tablillas informativas

Comenzamos a subir por un tramo que coincide con el GR11 (marcas blancas rojas y verdes). Pasamos el río Escá y a partir de ese punto la senda pierde inclinación y transcurre por un bosque precioso entre muros y con suelo empedrado en algunos tramos y rodeado de vegetación muy frondosa.

Cruzamos el río Escá
Cruzamos el río Escá
La senda atraviesa un frondoso bosque
La senda atraviesa un frondoso bosque
Muros y suelo empedrado
Muros y suelo empedrado

En poco más de un kilómetro llegamos a la ermita y punto más alto de la ruta. Se trata de un lugar con una energía especial que invita a relajarse y pasar un rato contemplando la belleza de su entorno. La ermita tiene un jardín anexo con algunos bancos y aperos de labranza a modo decorativo, y estupendas vistas hacia el Valle del Roncal. Además del templo principal, las instalaciones incluyen la casa del ermitaño y un edificio anexo de baños. Es un lugar acogedor y aprovechamos para descansar y disfrutar de la energía que desprende el lugar.

Podemos descansar en uno de los bancos
Podemos descansar en uno de los bancos
Se trata de un lugar con una energía especial
Se trata de un lugar con una energía especial

El camino nos invita a pasar por un pasadizo elevado donde hay un rótulo que indica que la ermita es del siglo XIII. Tras este paso veremos un poste del GR11, que abandonaremos para continuar, a la derecha, por las balizas del sendero local.

El sendero baja por el antiguo camino de Ochagavía para buscar el paso del río Uztarroz por el Puente de la Perdiz. Justo después de cruzarlo nos encontramos en la carretera por la que tenemos que discurrir unos metros con precaución en dirección a Isaba, hasta pasar por un aserradero. Justo después estaremos pendientes de los postes de información para tomar un sendero que retrocede pegado a la carretera y luego gira a la izquierda para terminar en subida en las inmediaciones del parking que hay a la salida del pueblo.

Hay que atravesar una cancela
Hay que atravesar una cancela
Camino de Ochagavía
Camino de Ochagavía
Precaución en el tramo de carretera
Precaución en el tramo de carretera

Cascada de Belabarce - Cueva del Ibón y Puentes Romanos de Isaba

Aprovechando que estábamos teniendo suerte con el tiempo meteorológico y que el día prometía ser bueno, quisimos hacer una ruta un poco más larga (10 Km. aprox) y muy bonita, para acercarnos desde Isaba a ver la Cascada de Belabarze.

Se trata de una ruta sencilla con poco desnivel (280 m.) que se puede hacer perfectamente con niños, ya que no tiene ninguna dificultad técnica. Lo único a tener en cuenta es que en otoño es temporada de caza y puede ser frecuente la presencia de cazadores por la zona.

Salimos de Isaba por una calle donde encontramos indicaciones del GR11 en dirección a la Ermita de Belén, a la que llegamos en unos pocos minutos. Desde esta ermita ya podemos divisar las grandes moles calizas que rodean el pueblo. Desde el sendero de la ermita conectamos con una pista que transita en cómoda subida entre grandes montañas.

Ermita de Belén, en Isaba
Ermita de Belén, en Isaba
Señalizaciones de ruta y de coto de caza
Señalizaciones de ruta y de coto de caza

Aquí nos cruzamos con un vehículo oficial y poco después varios coches que delatan la presencia de cazadores. De hecho más adelante nos cruzamos con dos de ellos que han salido al camino desde sus puestos. Se trata de una ruta oficial y señalizada y ellos saben que es muy probable que haya senderistas. Nos avisan de que ya no hay más cazadores a partir de este punto, y continuamos tranquilos.

La vegetación se hace más frondosa conforme nos vamos acercando a la cascada, a la que llegamos al poco rato por unas pasarelas de madera que han habilitado en las cercanías.

La vegetación se hace más frondosa
La vegetación se hace más frondosa

Las cumbres de Belabarsaisa (1274 m.) y Ezkaurretxikia (1763 m.) esconden el precioso rincón de la Cascada de Belabarce, una caída de agua pequeña pero muy bonita, con una poza a sus pies.

Preciosa cascada de Belabarce
Preciosa cascada de Belabarce

Hacemos un montón de fotos y regresamos al sendero, para continuar ahora entre un precioso bosque en subida. En el momento que se suaviza paramos para descansar y reponer fuerzas.

Avanzamos por el sendero
Avanzamos por el sendero

Continuamos y llegamos a una pradera muy abierta con vistas a las montañas de alrededor, donde ya encontramos indicaciones a la Cueva del Ibón. Alma se entretiene correteando y cogiendo algunas florecillas. Es un lugar precioso.

Llegamos a una pradera con vistas a las montañas
Llegamos a una pradera con vistas a las montañas

En este punto dejaremos el GR11 para girar a la izquierda, y en unos cien metros desembocar en la Carretera a Zuriza NA-2000, pero en seguida enlazaremos con un sendero local que comenzará bajando, también por una zona de enorme belleza, con helechos y vegetación de ribera. Ahora, seguimos marcas roja y azul. Acompañando al río Belagua, llegaremos a la Cueva del Ibón.

Señales indicativas de sendero local
Señales indicativas de sendero local
Sendero
Sendero
Cueva del Ibón
Cueva del Ibón

Haremos un tramo por carretera, viendo el puente romano de las Ateas de Belagua. Más adelante abandonaremos la carretera a nuestra derecha, en una curva, donde veremos el otro puente romano. En este punto cogemos un sendero a través del bosque que subirá con algo de pendiente.

Finalmente nos uniremos con el tramo final de la ruta de los contrabandistas para terminar en las inmediaciones del pueblo (el aserradero), y de igual forma que en la ruta de la ermita de Idioa estaremos pendientes de tomar el sendero tras el quitamiedos de la carretera y hacer la última rampa al pueblo.

Irati

Hoy vamos a visitar la preciosa Selva de Irati, el segundo hayedo más grande de Europa, solo superado por la Selva Negra de Alemania. Vayas en la época que vayas, Irati es un espectáculo, pero si tienes la suerte de visitarlo en pleno otoño, el paseo se convertirá en una sinfonía de colores que te dejarán huella para siempre.

En nuestro caso, aunque ya estamos en octubre, aún es un poco pronto para disfrutar de Irati en todo su esplendor. El verde predomina en el bosque y solo podemos ver algunos árboles amarilleando. Con todo, el día promete ser muy productivo en cuando a sensaciones.

Desde Isaba cogemos la carretera que nos lleva a Ochagavía, y una vez allí, seguimos las indicaciones hacia Casas de Irati por una estrecha carretera de montaña. Hemos tardado una hora en llegar al parking donde dejamos el coche.

Parking Casas de Irati
Parking Casas de Irati

Si vas en fin de semana, tendrás que abonar el precio del parking (5€ por vehículo) y te dan un mapa y toda la información que quieras sobre las rutas y paseos. También te recomendamos llegar temprano, ya que hay un cupo de coches, y una vez que se llena el parking, cortan el acceso. Por suerte, es un día entre semana y hay poca afluencia de visitantes. A la hora que hemos llegado ni siquiera han abierto la caseta de información.

Sendero interpretativo por Irati: Errekaidorra

Para conocer un poco la selva de Irati, hemos elegido un recorrido de unos 10 Km que discurre por la línea transfronteriza entre España y Francia y que nos enseña aspectos de las actividades humanas que se realizaban en el bosque, como la extracción de madera para los mástiles y remos de los barcos, fabricación de carbón y cenizas para la elaboración de vidrio, etc.

Y es que Irati, además de ser uno de los mejor conservados bosques mixtos de haya y abeto, ha sido un bosque explotado para diferentes usos. Durante los siglos XVI y XVII los habitantes de estos valles han sabido extraer los beneficios del bosque con un respeto envidiable, de forma que el bosque ha conservado toda su plenitud. Un ejemplo de sostenibilidad como pocos existen.

Irati es un buen ejemplo de explotación sostenible del bosque
Irati es un buen ejemplo de explotación sostenible del bosque

El paseo discurre por senderos fáciles con poco desnivel (350 m. de subida) y está balizado. Por tanto es muy recomendable para hacer con niños o con personas mayores que estén acostumbrados a andar.

Comenzamos a andar por una pista forestal que sale junto al parking con las marcas del GR-T9 (rojas y blancas) y que deja el río a la derecha. Este primer tramo está calificado como senda accesible.

El primer tramo es un sendero accesible
El primer tramo es un sendero accesible

Al poco de comenzar a caminar, atravesamos un prado donde hay unas vacas pastando. Si os dan un poco de respeto estos grandes animales, algunos de ellos, con cuernos bastante respetables, tenemos que decir que no suelen representar ningún problema siempre que no las asustemos. El truco está en pasar siempre por el camino, y si hay alguna allí pastando, se suelen retirar cuando ven tus intenciones de pasar.

Atravesamos un prado con presencia de ganado pastando
Atravesamos un prado con presencia de ganado pastando

Vamos siguiendo este camino hasta una primera bifurcación hacia la Cascada del Cubo. Tomamos este desvío para visitar esta pequeña cascada, un lugar precioso que invita a quedarse un rato y hacer muchas fotos. En este punto comienza a llover y sacamos los paraguas y chubasqueros para continuar caminando, ya que de momento lo hace de forma leve.

Desvío hacia la Cascada del Cubo
Desvío hacia la Cascada del Cubo
Cascada del Cubo
Cascada del Cubo

A lo largo del recorrido veremos paneles interpretativos sobre la geología, flora y fauna de Irati. Aquí es donde aprendemos que en Irati no solo hay hayas sino otros árboles como abeto blanco, tejo, y arbustos como el arándano.

Existen paneles informativos en el recorrido
Existen paneles informativos en el recorrido

Durante el paseo tenemos ejemplos de la explotación de la madera en el bosque. Por ejemplo, vemos algunos grandes remos que se usaban en las galeras y otras embarcaciones y un mástil enorme. Las hayas de Irati eran muy codiciadas por su longitud y porque son muy rectas, ideales para la fabricación de estos elementos para los barcos.

Continuamos el camino en ligera subida y pronto nos encontramos con el cauce del río donde han rehabilitado una antigua esclusa, una especie de sistema de presas creado en la antigüedad para facilitar el transporte de los grandes troncos.

Sendero a través del bosque
Sendero a través del bosque

Seguimos el recorrido transitando por suelo francés, aunque nada indica la diferencia. Si que nos encontramos con una carretera que sirve de acceso a los visitantes franceses. A partir de este momento estaremos pendientes de seguir las balizas con la leyenda Irati de color amarillo y flecha oscura.

Pisamos la carretera por la que se accede desde la vertiente francesa
Pisamos la carretera por la que se accede desde la vertiente francesa
Balizas del sendero Errekaidorra
Balizas del sendero Errekaidorra

Atravesamos una cancela para ganado y el camino comienza a descender en el paraje conocido como Ogarte. Pronto nos encontramos con un horno para hacer cenizas y llegamos enseguida al parking habilitado para los visitantes que acceden desde la vertiente francesa.

Seguimos caminando por el bosque, encontrándonos con la siguiente sorpresa en el camino: el sistema de "cables" ideado para el transporte de la madera, con un recorrido de unos 19 kilómetros.

Sistema para el transporte de la madera sirviéndose de cables
Sistema para el transporte de la madera sirviéndose de cables

La lluvia ha cesado, guardamos los paraguas. La parte de sendero que nos queda es el que más nos introduce en el corazón del bosque por lo cerrado de la vegetación, pero sigue siendo muy cómodo y fácil de seguir.

Atravesamos un puente de madera
Atravesamos un puente de madera

Las "vías" es la última de las paradas interpretativas de este paseo. Se trataba de unas vías desmontables para facilitar la extracción de la madera y que se utilizaban solo en algunos barrancos con poca agua, en donde el arrastre directo con animales era muy dificultoso.

Se usaban unas vías desmontables al ser una zona fronteriza
Se usaban unas vías desmontables al ser una zona fronteriza

Ya solo nos queda seguir las indicaciones y pronto llegamos al parking. Allí nos comentan que hay un corto sendero de unos 150 metros para ver el árbol de las hadas, ideal para que los niños se diviertan. También han instalado algunos adornos de madera, como setas gigantes, o buzones de musgo que harán las delicias de los más pequeños. La magia no falta en Irati.

Árbol de las hadas, donde viven gnomos
Árbol de las hadas, donde viven gnomos
Setas de madera pintadas
Setas de madera pintadas
Terminamos la ruta
Terminamos la ruta

Y qué mejor lugar para terminar el día que visitando el pueblo de Ochagavía, su puente medieval sobre el río Anduña, sus casas y calles de piedra, y también visitamos su Oficina de Turismo, donde nos dieron un librito muy apañado titulado "30 Senderos Imprescindibles por Navarra".

Puente medieval de Ochagavía
Puente medieval de Ochagavía

Refugio de Linza y Bosque de Gamueta

Como el día anterior habíamos hecho mucha carretera para llegar hasta Irati, hoy nos apetece quedarnos un poco más cerca. Nos trasladamos hasta el Refugio de Linza (a solo 25 minutos desde nuestro alojamiento), para visitar otro precioso hayedo abetal, uno de los mejor conservados del Pirineo Meridional.

El Refugio de Linza es el punto de partida de diversas excursiones montañeras, como la subida a la Mesa de los Tres Reyes (pico más alto de Navarra), al Txamantxoia (subida corta pero intensa a un pico cercano al refugio), o al Petrechema.

Vacas pastando en las cercanías del Refugio de Linza
Vacas pastando en las cercanías del Refugio de Linza

Llegamos al Refugio sobre las 10:30 h. y nos sorprende la cantidad de coches que hay ya aparcados. Aún así, la capacidad de la explanada es enorme y no tenemos problema para estacionar. A parte de las plazas oficiales del parking (80 plazas) hay coches aparcados a ambos lados de la carretera, y una gran explanada más alejada del refugio.

Tablilla informativa en una esquina del parking
Tablilla informativa en una esquina del parking

En una de las esquinas del aparcamiento hay una tablilla con información sobre la ruta que vamos a hacer: el bosque de Gamueta. Se trata de un paseo de poco más de 7 kilómetros, que se puede hacer en familia, aunque tenemos que decir que tiene algo de desnivel, sobre todo en la primera parte del recorrido.

Pasamos una barrera de madera y accedemos al sendero accesible en su primer tramo. A la altura de un merendero, abandonamos el camino adaptado y giramos a la derecha cruzando un cauce por un puente de madera, y accedemos a un camino en suave ascenso.

Sendero a través del bosque de Gamueta
Sendero a través del bosque de Gamueta

Al poco, el camino se transforma en sendero estrecho que se adentra en el bosque de Gamueta y asciende fuertemente haciendo unos zigzags. Vamos en dirección al collado del Achar del Caballo, dos grandes bloques de caliza recubiertos de musgo. Quizás esta es la subida más dura de la ruta, pero es bastante corta, un pequeño esfuerzo y estamos arriba, con unas vistas impresionantes.

Vistas del Refugio de Linza a los pies del Txamantxoia
Vistas del Refugio de Linza a los pies del Txamantxoia

Después, el camino va llaneando por una zona de prados en dirección sur y debemos seguir las marcas verdes y amarillas a partir de este punto. Nos adentramos de nuevo en una zona donde predominan las hayas, que se van alternando con claros. A pesar de estar en octubre, hace un día de sol espectacular y casi se agradece caminar por el interior del bosque.

Se alternan los prados expuestos con zonas de bosque
Se alternan los prados expuestos con zonas de bosque
El sendero transcurre a los pies de grandes hayas
El sendero transcurre a los pies de grandes hayas
Mirador natural en un punto del recorrido
Mirador natural en un punto del recorrido

Bajamos a un barranco, tras el cual emprendemos un breve ascenso de nuevo hacia el bosque, esta vez bastante más cerrado, con grandes ejemplares de haya. Vamos encontrando las marcas verdes y amarillas pintadas en viejos troncos.

Hayedo viejo
Hayedo viejo

En un punto, el sendero comienza a bajar, y hay que tener cuidado de no perderlo, ya que hay algunos árboles caídos que pueden confundir. La pendiente se acentúa y las hojas caídas en el suelo pueden resbalar bastante, así que no viene mal usar bastones.

Conforme vamos bajando, la humedad y la frescura aumentan, hasta que llegamos al fondo del barranco de Gamueta, donde el cauce forma un bonito rincón. Allí encontramos algunos senderistas, también con niños, y nos quedamos un rato disfrutando de la tranquilidad del lugar.

Fondo del Barranco de Gamueta
Fondo del Barranco de Gamueta

Cruzamos el río por un puente de madera y llegamos a una pequeña explanada donde tenemos un panel informativo sobre el bosque de Gamueta. Pronto el sendero se transforma en un amplio carril donde las grandes hayas se mezclan con abetos y tejos, también de grandes dimensiones. En algunos puntos, los árboles apenas dejan pasar la luz del sol y confieren un frescor muy apetecible al soleado día.

Camino final hacia el Refugio de Linza
Camino final hacia el Refugio de Linza

En poco rato, llegamos a la carretera que nos dejará en el Refugio de Linza donde hemos aparcado por la mañana.

Belagua - Mata de Haya

Para este día teníamos pensado hacer dos paseos cortos, uno, el denominado Camino de Zemeto, muy panorámico, y otro por el bosque de Mata de Haya, el pulmón del Valle de Belagua.

El Camino de Zemeto (de unos 4,5 km.) nos permitiría tener una estupenda panorámica del Valle de Belagua desde la parte más alta. Nos trasladamos al punto de partida de esta ruta, el Refugio de Belagua, a unos 20 minutos de Isaba, pero comprobamos, nada más llegar, que soplaba un fuerte viento del norte y había niebla, así que decidimos suspender este paseo por las condiciones meteorológicas. De todas formas, no íbamos a ver nada con esta espesa niebla.

Vistas del Valle de Belagua desde la carretera
Vistas del Valle de Belagua desde la carretera

Nos trasladamos con el coche al punto de partida de la ruta Dronda - Mata de Haya, donde tenemos un parking con un refugio donde sirven comidas. Se trata de un paseo muy recomendable para hacer con niños, de unos 4,5 kilómetros y poco desnivel. Es un recorrido muy bonito para hacer en otoño. Algunas personas del lugar lo llaman "El Irati de Belagua" ya que vamos a transitar por un hermoso hayedo.

La primera parte de la ruta está calificado como 'accesible'
La primera parte de la ruta está calificado como 'accesible'
Balizas al inicio de la ruta
Balizas al inicio de la ruta

Comenzamos a caminar por una amplia pista rodeados de grandes ejemplares de haya, siguiendo las marcas blancas y verdes. Este primer tramo viene señalizado como senda accesible y es un buen lugar para que los niños correteen ya que no tiene apenas desniveles y es un firme muy bueno, tapizado con las hojas caídas de los árboles.

El camino tiene un buen firme
El camino tiene un buen firme

Tras unos metros, giramos a la derecha y el sendero empieza a ascender, dejando atrás las hayas. Empiezan a aparecer abetos y muchos helechos a ambos lados del camino, y una vez en la cota máxima de la ruta, estamos en la zona conocida como la Dronda, donde mantenemos altura con vistas a los picos más altos del valle. Se trata de un lugar con verdes pastos donde apetece pararse a disfrutar del silencio y de la pureza del aire.

Pequeña subida
Pequeña subida
El paraíso de los helechos
El paraíso de los helechos
Vistas desde La Dronda
Vistas desde La Dronda

El camino comienza a bajar suavemente hasta que nos vemos otra vez inmersos en el bosque regresando a nuestro punto de inicio. Entramos al acogedor refugio para tomar algo calentito y un trozo de bizcocho casero.

Regresamos al bosque
Regresamos al bosque
Refugio bar de Mata de Haya
Refugio bar de Mata de Haya

Cogemos el coche y un par de kilómetros bajando desde el parking de Mata de Haya hacia Isaba, aparcamos para visitar el dolmen Arrako, el cual vemos que está tras una propiedad con paso cerrado y no nos aventuramos a cruzar. Después nos enteramos que la propiedad es de una holandesa que la tiene en venta y que solo pasa temporadas aquí en el Pirineo. Lo que sí pensamos es que debería facilitar el acceso al dolmen, ya que éste es patrimonio de todo el mundo, o así debería ser.

Después del intento del dolmen, cogemos el coche y subimos a la estación de esquí de Larra Belagua, pasando después la frontera francesa con la intención de ver ese otro lado de la frontera, pero lo cierto es que solo vimos todo blanco, ya que una espesísima niebla se cernía sobre nosotros y no había claro ninguno, así que nos dimos la vuelta, y volvimos a Isaba.

Selva de Oza

Nuestra intención para este día era realizar una ascensión al Pico Ori y complementarlo quizás con la visita al puente colgante de Holzarte en la zona francesa, pero las condiciones meteorológicas no iban a ser las más adecuadas, ya que el viento del norte traía niebla, y después de hablar con Ana Rosa, nuestra anfitriona, que conoce mucho mejor la meteorología de su tierra, decidimos ir a una zona más segura.

Aunque estaba un poco lejos de nuestra base en Isaba, nos habían recomendado mucho visitar la selva de Oza y los pueblos de Hecho y Ansó, en los Valles Occidentales. Así que nos levantamos un poco más temprano y pusimos rumbo a este destino a algo más de una hora por carreteras de montaña muy estrechas y con mil curvas, pero también con unas estupendas vistas.

Los pueblos de estos valles son preciosos. A la ida paramos en Siresa a tomar un café y descansar de tantas curvas. Desde allí ya solo nos quedan unos 10 minutos hasta la selva de Oza, por una carretera espectacular encañonada en la llamada Garganta del Infierno.

Paramos en el pueblo de Sirera, ya a 10 minutos de la Selva de Oza
Paramos en el pueblo de Sirera, ya a 10 minutos de la Selva de Oza
La carretera se estrecha en la llamada Garganta del Infierno
La carretera se estrecha en la llamada Garganta del Infierno

Después se abre ante nuestros ojos un amplio valle, donde ya vemos el aparcamiento, algunas mesas para hacer picnic, un parque infantil. Desde el parking ya encontramos paneles informativos sobre las rutas que se pueden hacer por la zona, incluyendo la subida al Castillo d'Acher, una montaña cercana muy espectacular por su forma.

Entorno del parking de la Selva de Oza
Entorno del parking de la Selva de Oza
Castillo d'Acher al fondo
Castillo d'Acher al fondo

Nosotros vamos a hacer una ruta fácil de unos 5 kilómetros y medio, uniendo el trazado de la ruta más sencilla que se puede hacer en la Selva de Oza (2,8 km.) a un tramo del GR11 que nos acerca al puente del Sil y regresando por un tramo de carretera.

Pista de la Espata por donde comenzamos a caminar
Pista de la Espata por donde comenzamos a caminar

Comenzamos por la pista que marca Selva de Oza y que sale a la derecha en ligera subida. Vamos caminando por un amplio camino bajo la sombra de un espeso pinar, donde se mezclan algunas hayas. Es época de moras y aprovechamos para recolectar y comer algunas.

Nos desviamos hacia el monumento megalítico
Nos desviamos hacia el monumento megalítico
Pasarelas de madera en el camino hacia la Corona de los Muertos
Pasarelas de madera en el camino hacia la Corona de los Muertos

A unos 300 metros encontramos una bifurcación a la izquierda para visitar la Corona de Los Muertos, un yacimiento megalítico en forma de círculo que data entre el Neolítico y la Edad del Hierro. Encontraremos algunas tablillas informativas que nos indican que posiblemente estemos ante monumentos funerarios, aunque no hay constancia plena de ello. También barajan la posibilidad de que podrían haber sido viviendas o construcciones para guardar el ganado. Si te interesa el tema, en la carretera de acceso a la Selva de Oza desde Siresa hay un Centro de Interpretación del Megalitismo que se puede visitar.

Monumento megalítico de la Corona de Los Muertos
Monumento megalítico de la Corona de Los Muertos

El desvío hasta este yacimiento es corto (unos 100 m ida y otros tantos vuelta) por un bonito sendero de bosque mixto, con abetos y hayas.

Volvemos al camino principal y seguiremos por la pista de la Espata, que así se llama y que va bordeando la falda del espectacular Castillo d'Acher y con vistas a otros picos pirenaicos.

Las vistas desde la pista son espectaculares
Las vistas desde la pista son espectaculares

Continuamos por la pista hasta que nos cruzamos con el sendero de ascenso al ya nombrado Castillo d'Acher, por donde bajaremos atravesando un bonito bosque de hayas hasta alcanzar la pista del Camino Viejo de Puente de Sil. Aquí podríamos regresar al parking pero decidimos continuar hacia el puente de Sil alargando un poco la ruta. No nos arrepentimos porque este tramo (coincidente con el GR11) es realmente espectacular.

Enlace al Camino Viejo de Sil
Enlace al Camino Viejo de Sil

Cruzamos el cauce del barranco de la Espata, por una pasarela de madera y continuamos por un precioso sendero hasta llegar al cauce del río Aragón Subordán ya en bajada. Esta zona, en silencio y con muy poco paso de luz entre los árboles se ofrece como un momento para aprovechar y valorar.

El entorno del puente de Sil es precioso
El entorno del puente de Sil es precioso

Seguiremos faldeando, ya con vistas a la carretera enfrente hasta encontrarnos con el puente que cruza hacia la carretera a la que llegaremos en descenso. Ya solo queda retornar al parking subiendo por la carretera (a un kilómetro aproximadamente).

Cruzamos por el puente hacia la carretera
Cruzamos por el puente hacia la carretera

En el regreso en coche por la carretera nos detenemos en el bonito pueblo de Ansó. Tampoco podemos evitar parar en varias ocasiones por la carretera para fotografiar el entorno.

Echamos un rato en el parque infantil que hay cerca del aparcamiento
Echamos un rato en el parque infantil que hay cerca del aparcamiento
Paramos en Ansó al regreso en coche
Paramos en Ansó al regreso en coche
Preciosa vista de Ansó desde la carretera
Preciosa vista de Ansó desde la carretera

Recomendaciones

Esperamos que te haya gustado nuestra crónica al Pirineo navarro con niños, pero debes saber que tienes muchas otras posibilidades para ver. Podíamos decir que necesitaríamos al menos otros ocho días extra para cubrir lo que teníamos pensado hacer y ver en esta preciosa tierra.

Te damos unas pinceladas de otras cosas que te recomendamos, aunque nosotros no pudimos hacer por falta de tiempo:

  • Puente colgante de Holzarte en el Pirineo francés (acceso desde Larrau). Es una ruta que discurre junto a los cortados de la Garganta de Holzarte y permite llegar hasta el espectacular Puente Colgante de Holzarte, con una pasarela de cerca de 60 metros a unos 200 metros de altura sobre el lecho del Arroyo d'Ohadibi.
  • Cueva de La Verna, situada en Saint-Engrâce: hacen visitas turísticas incluso para niños (de 5 años en adelante, depende del recorrido que se quiera hacer).
  • Gargantas de Kakuetta (a 5 minutos de la Cueva de la Verna): ruta sencilla a través de increíbles pasarelas de madera, túneles, con cascadas, cuevas y rincones maravillosos.
  • También os podéis aventurar a ascender alguna ruta en altura como el Pico Ori (2.017 m.) desde el puerto de Larrau, una ruta bastante asequible incluso para niños.
 

Comentarios

Rosa Blanco
07/11/2019
Maravillosos bosques, apuntado queda, agradecida por vuestras descripciones tan detalladas.
Isabel Lopez
05/11/2019
Aunque he caminado a veces por tierras navarras, desconocía estas encantadoras rutas que, como bien se dice en el reportaje, son ideales para gozar de la exuberante naturaleza que se observa en las imágenes antes de que lleguen la nieve y el frío, aunque pienso que tampoco se debe estar nada mal en esas acogedoras casas en invierno.
02/11/2019
Los hayedos son mis bosques preferidos. Irati, Oza, Ansó, Belagua son lugares emblemáticos de Navarra. Me ha gustado mucho la descripción de la Selva de Irati
1. Huesca
15/08/2023
Oza y Anso son lugares emblemáticos de Huesca.
02/11/2019
Buenas rutas
Antonio
02/11/2019
Ya había oído hablar de este lugar del Pirineo y ahora ya tengo ganas de ir
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