Escapada a Cuenca, Patrimonio de la Humanidad

20 de Septiembre 2008 
Duración: Para un puente
En pleno corazón de la Castilla - La Mancha está la ciudad de Cuenca, capital de la provincia homónima. La ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad, llama la atención por la original organización de su casco antiguo, situado entre dos gargantas, las hoces de los ríos Júcar y Huécar. Esta característica hizo que en la antigüedad, al crecer la ciudad en población y quedarse sin suelo dónde expandirse, se crearan curiosas construcciones de varias plantas al borde de los acantilados, lo que le da hoy en día una belleza muy característica que la hace única en nuestro país.
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Día 1.- Paseando por la ciudad

La ciudad de Cuenca es en sí un monumento. Pasear por su casco antiguo es sin duda la mejor forma de conocerla y de disfrutar de su ambiente. Si el viajero pasa por la ciudad unas pocas horas, el simple hecho de admirar sus cuestas, sus casas colgadas, pasear por el puente de San Pablo (también conocido como Puente de Hierro) o por sus hoces habrá merecido la pena.

Consejos para moverse por la ciudad

Si se viene en coche habrá que tener en cuenta dónde está el alojamiento. En el caso de situarlo en en casco antiguo se puede subir con el mismo hasta el castillo (está bien indicado), donde hay una explanada de aparcamiento con bastantes plazas, siendo además gratuito. Para moverse por la ciudad se puede ir a pie, si bien para pasar del casco antiguo a la ciudad nueva se pueden tomar las líneas de autobus nº 1 y 2 (en la Plaza Mayor).

Panorámica de la ciudad
Panorámica de la ciudad

Olvídate de los tacones. El calzado cómodo será indispensable para disfrutar de la ciudad y sus innumerables subidas y bajadas.

¿Estudiante? ¿Jubilado? ¿Joven? La mayoría de monumentos y museos hacen rebajas o gratuidades a ciertos colectivos. Este es el momento de aprovecharte de tu carnet, por lo que no debes olvidarlo.

Si quieres seguir nuestro paseo visitando la Plaza Mayor, la Catedral, el Castillo, el Puente de Hierro y las Casas Colgadas, pincha VERSIÓN EXTENDIDA

Casas colgadas
Casas colgadas

Escapada a Cuenca, Patrimonio de la Humanidad

Debemos comenzar nuestra ruta por la Plaza Mayor, cuya protagonista es sin duda la Catedral que resalta por la claridad de su piedra. Al fondo se observa un arco que no es otra cosa que el edificio del Ayuntamiento. Podemos subir hacia el castillo por la calle de San Pedro, aunque el paseo será mucho más agradable por las callejuelas de Julían Romero, desde donde podremos hacer una primera observación a la hoz del Huecar, pasando por la puerta del convento de Carmelitas. Del castillo solo queda un trozo de muralla, un torreón y la puerta de Bezudo, bajo la que podemos pasar. A la derecha de esta puerta encontramos el actual Archivo Histórico, que fue sede de la Inquisición.

Bajamos ahora hasta la plaza del Trabuco y cogemos la Ronda del Júcar. Los más deportistas no dudarán en bajar la cuesta de las Angustias (en Cuenca se cumple a rajatabla aquello de que todo lo que baja tiene que subir), por donde accederemos al antiguo convento de los Carmelitas Descalzos, que posee delante de su puerta una cruz de piedra llamada del Convertido, de la que se cuenta una curiosa leyenda. Estamos en la parte baja y podemos acceder al paseo del Júcar, que cuenta con atractivos tanto desde el punto de vista natural (por la vegetación que rodea la zona) como del cultural y turístico, ya que se podrá observar la parte alta de la ciudad desde otro punto de vista.

Debemos volver a subir hacia la Plaza Mayor (centro neurálgico de cualquier visita) para dirigirnos hacia la otra hoz y observar el monumento emblema de la ciudad: las casas colgadas.

Pasando por la derecha de la catedral callejeamos brevemente para comenzar una nueva bajada, esta vez no tan apurada hacia el puente de San Pablo (o de Hierro). Este puente hace de unión entre el convento de San Pablo (actualmente Parador Nacional) y la ciudad por lo alto del río Huécar. Desde él se puede tener una panorámica de la ciudad, observando el edificio de las Casas Colgadas (actual Museo de Arte Abstracto). La fotografía en este punto es obligatoria si queremos llevar un recuerdo gráfico de nuestra visita. Una vez disfrutado del paisaje, y si las fuerzas aún lo permiten, podemos bajar hacia el paseo del Huécar, no menos atractivo que el anteriormente mencionado, llegando al barrio de los tiradores, típico barrio conquense.


Casas colgadas desde el Puente de Hierro
Casas colgadas desde el Puente de Hierro
Escudo de un palacio
Escudo de un palacio
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Población: Cuenca
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Día 1.- Paseando por la ciudad (más información)

Escapada a Cuenca, Patrimonio de la Humanidad

Debemos comenzar nuestra ruta por la Plaza Mayor, cuya protagonista es sin duda la Catedral que resalta por la claridad de su piedra. Al fondo se observa un arco que no es otra cosa que el edificio del Ayuntamiento. Podemos subir hacia el castillo por la calle de San Pedro, aunque el paseo será mucho más agradable por las callejuelas de Julían Romero, desde donde podremos hacer una primera observación a la hoz del Huecar, pasando por la puerta del convento de Carmelitas. Del castillo solo queda un trozo de muralla, un torreón y la puerta de Bezudo, bajo la que podemos pasar. A la derecha de esta puerta encontramos el actual Archivo Histórico, que fue sede de la Inquisición.

Bajamos ahora hasta la plaza del Trabuco y cogemos la Ronda del Júcar. Los más deportistas no dudarán en bajar la cuesta de las Angustias (en Cuenca se cumple a rajatabla aquello de que todo lo que baja tiene que subir), por donde accederemos al antiguo convento de los Carmelitas Descalzos, que posee delante de su puerta una cruz de piedra llamada del Convertido, de la que se cuenta una curiosa leyenda. Estamos en la parte baja y podemos acceder al paseo del Júcar, que cuenta con atractivos tanto desde el punto de vista natural (por la vegetación que rodea la zona) como del cultural y turístico, ya que se podrá observar la parte alta de la ciudad desde otro punto de vista.

Casas colgadas desde el Puente de Hierro
Casas colgadas desde el Puente de Hierro

Debemos volver a subir hacia la Plaza Mayor (centro neurálgico de cualquier visita) para dirigirnos hacia la otra hoz y observar el monumento emblema de la ciudad: las casas colgadas.

Pasando por la derecha de la catedral callejeamos brevemente para comenzar una nueva bajada, esta vez no tan apurada hacia el puente de San Pablo (o de Hierro). Este puente hace de unión entre el convento de San Pablo (actualmente Parador Nacional) y la ciudad por lo alto del río Huécar. Desde él se puede tener una panorámica de la ciudad, observando el edificio de las Casas Colgadas (actual Museo de Arte Abstracto). La fotografía en este punto es obligatoria si queremos llevar un recuerdo gráfico de nuestra visita. Una vez disfrutado del paisaje, y si las fuerzas aún lo permiten, podemos bajar hacia el paseo del Huécar, no menos atractivo que el anteriormente mencionado, llegando al barrio de los tiradores, típico barrio conquense.


Escudo de un palacio
Escudo de un palacio

Día 2.- Visitas a interiores

La primera y más obvia visita es a la Catedral. La entrada no llega a los 3 ? e incluye una audioguía explicativa. Merece la pena visitar la catedral a primera hora de la mañana para ver el interesante color que le otorgan las numerosas vidrieras de que dispone.

A la salida podemos visitar alguno de los distintos museos de diferentes temáticas, siendo una buena alternativa para conocer más sobre los orígenes y costumbres de la ciudad en unos casos o para admirar arte de diferentes estilos en otros. Una regla que vale para todos es que los lunes cierran, por lo que recomendamos una visita a la oficina de turismo para planificar nuestras visitas y confirmar los horarios de cada uno (existe una oficina de turismo en la plaza Mayor, junto al Ayuntamiento, aunque a nosotros nos pareció más completa la situadad en Plaza de la Hispanidad, en la parte baja de la ciudad).

Portada de la Catedral de Cuenca
Portada de la Catedral de Cuenca

En arte contemporáneo es donde hay una mayor oferta museística: Fundación Antonio Pérez, Espacio Torner y Casa Museo Zavala. Si gustas del arte sacro, nada mejor que visitar el Museo Diocesano o el Museo de Semana Santa. Existe también un museo Arqueológico donde se pueden observar restos de las civilizaciones prehistóricas y romanas que poblaron la comarca, haciendo incapié en las excavaciones de Segóbrica, Ercávica y Valeria.

Para finalizar el día, podemos pasear por la parte baja de la ciudad, la zona más moderna y donde hace su día a día el conquense de a pié. El Parque de San Julián es la zona verde por donde pasean los habitantes de la ciudad. La calle Carretería, que va desde la Plaza de la Constitución hasta la Plaza de la Hispanidad es el centro de compras y es la zona más lúdica de la parte baja.

vista de los rascacielos desde Alfonso VIII
vista de los rascacielos desde Alfonso VIII

DESTACAMOS...

Existen dos sitios que por sus características particulares, recomendamos visitar sin falta.

Vista de las casas colgadas
Vista de las casas colgadas

Museo de Arte Abstracto: Está ubicado en el edificio de las Casas Colgadas, lo que ya es suficiente para llamar la atención del visitante. Incluye una colección de obras abstractas de prestigiosos creadores como Tàpies o Chillida, contrastando con el entorno que las rodea.

Museo de las Ciencias de Castilla - La Mancha: si viajas con niños será visita obligada, y si no, te la recomendamos. Muy cerca de la Plaza Mayor, dispone de un planetario donde se ofrecen varias sesiones diarias de diferentes proyecciones, siendo una especialmente enfocada a los más pequeños. La entrada tanto al museo como a las proyecciones es gratuita.

OFICINAS DE TURISMO

Plaza Mayor, 1. 16071 Cuenca. Tel.- 969 23 21 19.
Plaza de la Hispanidad, 2 16002 Cuenca. Tel.: 902 10 01 31

Día 2.- Visitas a interiores (más información)

DESTACAMOS...

Existen dos sitios que por sus características particulares, recomendamos visitar sin falta.

Museo de Arte Abstracto: Está ubicado en el edificio de las Casas Colgadas, lo que ya es suficiente para llamar la atención del visitante. Incluye una colección de obras abstractas de prestigiosos creadores como Tàpies o Chillida, contrastando con el entorno que las rodea.

Museo de las Ciencias de Castilla - La Mancha: si viajas con niños será visita obligada, y si no, te la recomendamos. Muy cerca de la Plaza Mayor, dispone de un planetario donde se ofrecen varias sesiones diarias de diferentes proyecciones, siendo una especialmente enfocada a los más pequeños. La entrada tanto al museo como a las proyecciones es gratuita.

OFICINAS DE TURISMO

Plaza Mayor, 1. 16071 Cuenca. Tel.- 969 23 21 19.
Plaza de la Hispanidad, 2 16002 Cuenca. Tel.: 902 10 01 31

Vista de las casas colgadas
Vista de las casas colgadas

Día 3.- La Ciudad Encantada y alrededores

A unos 30km de Cuenca y entre pinares se sitúa la Ciudad Encantada. Se trata de un paraje natural kárstico que recibe su nombre de las rocas allí existentes. Su origen se remonta a las eras preglaciales, cuando la zona estaba bajo un océano. La acumulación de material creó rocas calcáreas que, al salir a la superficie, comenzaron a erosionarse de forma irregular, creando figuras a las que la imaginación popular (y cuanta) se ha encargado de dar nombre. Fue declarado sitio Natural de Interés Nacional en 1929.

El recorrido es suave, de aproximadamente hora y media. Está señalizado con flechas blancas y rojas, además de existir carteles mostrando el nombre de cada figura, algunos propios de mentes muy imaginativas, como "La lucha entre el elefante y el cocodrilo". La entrada se cobra (3?) y existe un aparcamiento y un restaurante en la entrada.

Ventano del diablo
Ventano del diablo

Al acabar podemos visitar alguna de las localidades cercanas, como Uña o Huélamo. Si tenemos tiempo podemos ir hacia Tragacete, la zona más alta de la provincia. Desde allí a unos 12Km llegamos al nacimiento del río Cuervo, zona protegida de altísimo valor ecológico y preparada para acoger al turismo de naturaleza. El nacimiento del rio Cuervo tiene su espectacularidad en las cascadas que forma el agua al brotar de la piedra.

Pincha VERSIÓN EXTENDIDA que te vamos a hablar de gastronomía.

Ciudad Encantada
Ciudad Encantada

Escapada a Cuenca, Patrimonio de la Humanidad

COMER

Cuenca comparte costumbres gastronómicas con las diferentes zonas castellanomanchegas: el asado en sus diferentes variedades (cordero, cabrito...) está a la orden del día, así como el pisto, las migas o el buen queso manchego. Pero existe una serie de platos típicos de la zona que el viajero no debería dejar de probar:

Ajoarriero: es una mezcla de patata, ajo, bacalao y huevo cocido que se sirve fría, en algunos casos con una textura de puré. Su origen, probablemente, está en las comidas que podían improvisar los arrieros (ganaderos o pastores) en los días de calor paciendo bestias por la estepa manchega.

Morteruelo: mezcla de carnes de caza, hígado de cordero, jamón.... Se presenta como un paté caliente de rico sabor que se deja acompañar por un buen tinto de la tierra.

Zarajos: tripas de cordero que se comen asadas.

Setas: se pueden encontrar multitud de tipos y en diferentes presentaciones, desde revueltos o a la plancha hasta en exquisitas croquetas.

Alajú: como postre, es una especie de turrón, de procedencia árabe, a base de miel y almendra. Lo ideal es comerlo acompañado de un chupito de Resolí, licor de café típico de la zona.

Por la zona antigua existen multitud de restaurantes de calidad (mirar nuestra recomendación), pero si se desea una variedad diferente, alejada de la gastronomía típica, lo mejor es bajar a la parte nueva, donde, como en todos lados, existen restaurantes de lo más variopinto.

Día 3.- La Ciudad Encantada y alrededores (más información)

Escapada a Cuenca, Patrimonio de la Humanidad

COMER

Cuenca comparte costumbres gastronómicas con las diferentes zonas castellanomanchegas: el asado en sus diferentes variedades (cordero, cabrito...) está a la orden del día, así como el pisto, las migas o el buen queso manchego. Pero existe una serie de platos típicos de la zona que el viajero no debería dejar de probar:

Ajoarriero: es una mezcla de patata, ajo, bacalao y huevo cocido que se sirve fría, en algunos casos con una textura de puré. Su origen, probablemente, está en las comidas que podían improvisar los arrieros (ganaderos o pastores) en los días de calor paciendo bestias por la estepa manchega.

Morteruelo: mezcla de carnes de caza, hígado de cordero, jamón.... Se presenta como un paté caliente de rico sabor que se deja acompañar por un buen tinto de la tierra.

Zarajos: tripas de cordero que se comen asadas.

Setas: se pueden encontrar multitud de tipos y en diferentes presentaciones, desde revueltos o a la plancha hasta en exquisitas croquetas.

Alajú: como postre, es una especie de turrón, de procedencia árabe, a base de miel y almendra. Lo ideal es comerlo acompañado de un chupito de Resolí, licor de café típico de la zona.

Por la zona antigua existen multitud de restaurantes de calidad (mirar nuestra recomendación), pero si se desea una variedad diferente, alejada de la gastronomía típica, lo mejor es bajar a la parte nueva, donde, como en todos lados, existen restaurantes de lo más variopinto.

 

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